¿Cuando Castras a una gata Qué pasa?

Castrar a una gata es una forma de controlar la población de gatos y, por lo tanto, reduce el número de gatos abandonados. También es una forma de evitar que las gatas en celo tengan comportamientos molestos, como el aullido y el marcaje territorial.

La castración de una gata es un procedimiento relativamente sencillo y seguro que se realiza en la mayoría de los veterinarios. Sin embargo, es importante tener en cuenta que se trata de una cirugía y, como tal, requiere un periodo de recuperación. Es importante seguir las instrucciones del veterinario para asegurar una recuperación exitosa.

Después de la castración de una gata, es normal que esté un poco cansada y que no tenga mucho apetito. También es normal que tenga algo de dolor y hinchazón en el área de la incisión. El veterinario le dará instrucciones específicas sobre cómo cuidar de su gata después de la cirugía y le indicará cuándo puede regresar a casa.

En general, se recomienda que las gatas castradas se mantengan en casa y que no salgan al exterior durante al menos una semana después de la cirugía. Esto se debe a que el área de la incisión necesita tiempo para sanar y la gata necesita descansar para recuperarse del procedimiento. Durante este tiempo, es importante que la gata tenga acceso a una litera limpia y cómoda, así como a agua y comida frescas y limpias.

Una vez que la gata haya recuperado del procedimiento y el área de la incisión haya sanado, se le puede permitir salir al exterior. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las gatas castradas no pueden ser expuestas al virus del SIDA felino, por lo que es importante mantenerlas alejadas de los gatos no castrados y los gatos callejeros.

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