Las gatas tienen su primer celo a la edad de 4 a 6 meses. Aunque las gatas pueden quedar embarazadas más jóvenes, se recomienda esperar hasta que la gata tenga al menos seis meses de edad antes de permitir que se aparee. Los síntomas del celo en las gatas pueden ser bastante evidentes, o pueden ser más sutiles. Los síntomas más comunes del celo en las gatas son:
Si nota que su gata está exhibiendo cualquiera de estos síntomas, es posible que esté en celo. Si está seguro de que su gata está en celo, y desea que se aparee, puede llevarla a un criador o a una clínica veterinaria para que la atiendan. Sin embargo, si no desea que su gata se aparee, es importante llevarla a una clínica veterinaria para que la esterilicen o la castren, ya que esto evitará que entre en celo y también evitará que se quede embarazada.