Los gatos pueden vomitar por muchas razones. El estrés es una de ellas. Los gatos son muy sensibles a los cambios en su entorno. Un cambio de casa, un nuevo gato o simplemente el olor a pintura fresca puede estresar a un gato y hacer que vomite. Otros factores que pueden estresar a un gato incluyen la música fuerte, los niños pequeños y los perros. El estrés también puede ser un factor si un gato está enfermo o tiene dolor.
Los gatos también pueden vomitar si comen demasiado rápido o si comen algo que no les sienta bien. La comida chatarra, la comida para perros, la leche y otros lácteos, así como algunos tipos de frutas y verduras, pueden causar náuseas y vómitos en los gatos. Los gatos también pueden vomitar si tienen una infección viral o bacteriana, una enfermedad del hígado o del riñón, o si tienen una obstrucción intestinal.
Si tu gato vomita de forma habitual, si vomita sangre o si experimenta cualquier otro signo de enfermedad, consulta a tu veterinario. El estrés puede ser un factor si un gato está enfermo o tiene dolor. Los gatos también pueden vomitar si comen demasiado rápido o si comen algo que no les sienta bien. La comida chatarra, la comida para perros, la leche y otros lácteos, así como algunos tipos de frutas y verduras, pueden causar náuseas y vómitos en los gatos.
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