Sexo con gatos

Aunque es una práctica poco común, el sexo con gatos es una forma más de practicar la zoosexualidad, es decir, el atractivo sexual y/o las relaciones sexuales entre humanos y animales. Como en toda forma de zoosexualidad, el sexo con gatos puede ser practicado de muchas maneras diferentes y, en algunos casos, puede incluso involucrar el uso de juguetes sexuales especialmente diseñados para gatos.

La mayoría de las personas que practican el sexo con gatos lo hacen con animales domésticos, ya que es más fácil establecer una relación de confianza y, en algunos casos, puede incluso ser más seguro. No obstante, también es posible practicar el sexo con gatos salvajes, aunque esto puede ser más peligroso y requiere un cuidado especial para evitar enfermedades.

En cuanto a las formas en las que se puede practicar el sexo con gatos, estas son algunas de las más comunes:

-El contacto directo: consiste en tener contacto sexual directo con el gato, ya sea con la vagina, el pene o el ano. En algunos casos, esto puede implicar que el gato lama o muerda los genitales del humano, lo cual puede ser muy placentero para algunas personas.

-La masturbación: consiste en masturbar al gato o permitir que el gato masturbe al humano. Esto puede hacerse de muchas maneras diferentes, ya sea con las manos, con la boca o con juguetes sexuales especialmente diseñados para gatos.

-La estimulación oral: consiste en estimular sexualmente al gato con la boca, ya sea lamiendo o chupando los genitales, el ano o la piel. En algunos casos, esto puede implicar que el gato muerda o lamia los genitales del humano, lo cual puede ser muy placentero para algunas personas.

En cuanto a los riesgos del sexo con gatos, estos son algunos de los más comunes:

-Enfermedades: uno de los principales riesgos de practicar el sexo con gatos es el de contraer enfermedades, ya que los gatos pueden transmitir a los humanos enfermedades como la rabia, la toxoplasmosis o la salmonelosis. Por eso, es muy importante tomar las precauciones necesarias para evitar el contacto con fluidos corporales o con la piel de los gatos.

-Alergias: otro riesgo de practicar el sexo con gatos es el de contraer alergias, ya que algunas personas son alérgicas a los gatos. Los síntomas de las alergias pueden incluir estornudos, ojos llorosos, congestión nasal, asma y urticaria. Por eso, es importante consultar con un médico antes de practicar el sexo con gatos.

-Mordeduras o arañazos: otro riesgo de practicar el sexo con gatos es el de ser mordido o arañado por ellos. Esto puede ocurrir si el gato se siente amenazado o si simplemente está jugando. Las mordeduras y arañazos pueden ser muy dolorosos y, en algunos casos, pueden incluso infectarse.

Por último, es importante señalar que el sexo con gatos no es algo que se debe practicar de forma casual o sin el consentimiento del animal. Los gatos son seres vivos que sienten y tienen sus propios deseos, por lo que es importante respetarlos y tratarlos con cuidado. Si se practica el sexo de forma segura y responsable, puede ser una experiencia muy gratificante para ambas partes.

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