Purgar un gato es, en pocas palabras, darle a tu gato un enema para limpiarlo por dentro. Aunque pueda sonar aterrador, es un proceso relativamente sencillo que puedes hacer en casa con artículos que probablemente ya tengas en tu hogar. Sin embargo, si no te sientes cómodo haciéndolo tú mismo, siempre puedes llevar a tu gato a un veterinario para que lo haga.
Pasos
1. Lava los artículos que necesitarás. Lava la sonda rectal y el envase de supositorio en agua tibia con jabón y enjuágalos bien. Asegúrate de que la sonda rectal esté completamente seca antes de usarla.
2. Calienta el agua. Llena una jeringa o envase de supositorio con agua tibia. El agua debe estar a temperatura ambiente o un poco más caliente. No utilices agua caliente o fría, ya que podría ser dañina para tu gato.
3. Lubrica la sonda rectal. Aplica una pequeña cantidad de lubricante en la sonda rectal para evitar que se atasque o se lastime tu gato. El lubricante también ayudará a que el agua entre más fácilmente.
4. Sujeta a tu gato. Pídele a otra persona que sujete a tu gato mientras lo purgas. Si no tienes a nadie que te ayude, puedes intentar sujetarlo con una toalla o una manta. Trata de ser lo más gentil y cuidadoso posible para no asustarlo o lastimarlo.
5. Inserta la sonda rectal. Introduce la sonda rectal en el ano de tu gato y empuja suavemente hasta que esté a unos 5 cm (2 pulgadas) dentro. Si tu gato se resiste o empieza a moverse, detente y trata de calmarlo antes de reanudar.
6. Inyecta el agua. Lentamente inyecta el agua en el recto de tu gato usando la jeringa o el envase de supositorio. No inyectes toda el agua de una vez, ya que podría ser demasiado para tu gato. Trata de inyectarla poco a poco para que tu gato no se asuste o se lastime.
7. Retira la sonda rectal. Cuando hayas inyectado toda el agua, retira la sonda rectal con cuidado. Si tu gato tiene heces sueltas o diarrea, puedes dejarla dentro de él para que pueda expulsarlas fácilmente.
8. Limpia a tu gato. Si hay heces o diarrea en el cuerpo de tu gato, limpia la zona afectada con un paño suave y limpio. Lava la zona con agua tibia y jabón y enjuágala bien. Asegúrate de secarla bien antes de dejar que tu gato se vaya.
9. Observa a tu gato. Después de purgarlo, observa a tu gato durante unas horas para asegurarte de que no tenga ningún problema. Si notas que está vomitando, tiene diarrea o no puede hacer sus necesidades, llama a tu veterinario de inmediato.
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