Los gatos son una de las mascotas más populares en todo el mundo. Según algunos estudios, en España hay más de diez millones de gatos domésticos. Si bien es cierto que son muchos los que tienen una mascota en su hogar, lo cierto es que no todos saben de dónde proceden o cuál es su origen. A continuación, vamos a hablar de ello.
Los gatos domésticos, Felis silvestris catus, proceden de una especie de gato salvaje llamada Felis silvestris. Esta especie se encuentra en todo el mundo, excepto en Australia y en algunas islas del Pacífico. Se cree que los gatos domésticos se originaron en el sudeste de Asia, aunque también hay algunas teorías que señalan a África como el lugar de origen de estos animales. En cualquier caso, lo que sí está claro es que los gatos domésticos son una subespecie de los gatos salvajes.
La domesticación de los gatos se produce de forma natural, es decir, los gatos salvajes empiezan a acercarse a las zonas habitadas por los humanos en busca de comida. Con el tiempo, estos gatos se acostumbran a la presencia de los humanos y terminan por domesticarse. No obstante, también existe la posibilidad de que los humanos criados a los gatos, es decir, que los crían y les dan de comer. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, en algunas granjas.
La historia de los gatos domésticos es muy antigua. Se cree que los egipcios fueron los primeros en domesticar a estos animales. De hecho, en Egipto se les consideraba dioses. Los egipcios eran muy cuidadosos con sus gatos y, cuando uno de ellos moría, lo enterraban en una tumba con todos los honores. También se cree que los gatos egipcios fueron los primeros en cruzar con otras especies de gatos, como el gato persa. A partir de ahí, se empezaron a crear las razas de gatos que conocemos hoy en día.
En la actualidad, existen cientos de razas de gatos, algunas más pequeñas que otras, algunas con el pelaje más largo y otros con el pelaje más corto. No obstante, todos ellos comparten una característica en común: su afición por lamerse el pelaje. Esto se debe a que los gatos no tienen glándulas sudoríparas en su piel, por lo que no pueden sudar. Para regular su temperatura, los gatos tienen que lamerse el pelaje, lo cual les ayuda a mantenerse frescos.
En resumen, los gatos domésticos son una subespecie de los gatos salvajes que se originó en el sudeste de Asia. Se cree que los egipcios fueron los primeros en domesticar a estos animales. En la actualidad, existen cientos de razas de gatos, algunas más pequeñas que otras, algunas con el pelaje más largo y otros con el pelaje más corto. No obstante, todos ellos comparten una característica en común: su afición por lamerse el pelaje.
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