El ojo de un gato es una de las partes más características de este animal. Su forma es muy particular, y se ha convertido en un símbolo muy reconocible. Aunque todos los gatos tienen ojos de forma ovalada, algunos tienen ojos más grandes y redondeados, mientras que otros tienen ojos más pequeños y alargados. Todos los gatos tienen un par de ojos, uno a cada lado de la cara, y cada ojo está rodeado por una rígida y peluda "ceja".
Los gatos tienen una gran cantidad de pelos en sus ojos, que sirven para protegerlos de los elementos y ayudar a mantener el polvo y la suciedad fuera. Estos pelos son especialmente largos y densos alrededor de los ojos, y forman una especie de "barrera" que impide que la mayoría de las cosas lleguen a los ojos. Sin embargo, a veces los gatos pueden acumular demasiada suciedad y polvo en sus ojos, lo que puede llevar a irritación e incluso infección. Por esta razón, es importante que los propietarios de gatos se aseguren de que sus ojos estén limpios y libres de obstrucciones.
El interior del ojo de un gato es muy similar al de un humano. Tiene una "cámara" frontal llena de líquido, que se conoce como el humor acuoso, y una "cámara" posterior llena de un gel especializado, llamado vitrina. Estas dos cámaras están separadas por una fina membrana, llamada el iris. El iris es el anillo de color que rodea el centro del ojo, y es lo que le da al ojo su color característico. El tamaño y la forma del iris también varían de un gato a otro, y pueden ser muy grandes o muy pequeños. Algunos gatos incluso tienen ojos de diferentes colores, lo que se conoce como "ojos de gato".
El humor acuoso y la vitrina trabajan juntos para enfocar la luz en la retina, que es una capa de células sensibles a la luz en la parte posterior del ojo. La retina transforma la luz en señales que son enviadas al cerebro, donde se interpretan como imágenes. Los gatos tienen una gran cantidad de células sensibles a la luz en sus retinas, lo que les permite ver mejor que los humanos en condiciones de poca luz. De hecho, los gatos pueden ver aproximadamente seis veces mejor que los humanos en condiciones de poca luz.
Los gatos también tienen una estructura especial en sus ojos, llamada el tapón de la pupil, que les permite cambiar el tamaño de sus pupilas para adaptarse a diferentes niveles de luz. En condiciones de poca luz, las pupilas de los gatos se abren muy grandes para permitir que entre más luz, lo que les permite ver mejor. En condiciones de mucha luz, las pupilas se cierran para evitar que entre demasiada luz, lo que puede ser molesto o incluso dañino para los ojos. El tamaño de las pupilas de los gatos también puede cambiar de acuerdo con su estado de ánimo, y se cree que los gatos con pupilas muy grandes están en un estado de alerta o miedo.
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