Si observas que tu gato bebe más agua de la habitual, o mantiene el bebedero lleno, es posible que tenga mucha sed. Aunque el consumo excesivo de agua puede ser un signo de enfermedad, también puede deberse a otras causas, como el clima caluroso, el ejercicio o el tipo de comida que está comiendo. Si tu gato bebe más de 100 mililitros por día, es importante que acudas al veterinario para que pueda descartar otras causas y recibir el tratamiento adecuado.
Algunas de las enfermedades que pueden causar sed excesiva en gatos son la diabetes, el cáncer o la insuficiencia renal. Otros signos de estas enfermedades que debes estar atento son el aumento de la micción, el vómito, el decaimiento, el aumento del apetito o la pérdida de peso. Si notas alguno de estos síntomas, acude al veterinario de inmediato.
Si tu gato no está enfermo, pero bebe mucha agua porque hace calor o ha estado haciendo ejercicio, lo más importante es asegurarte de que siempre tenga agua fresca y limpia. Si tu gato bebe mucha agua y come una dieta de alta calidad, es posible que necesite un poco más de agua que otros gatos. Si no estás seguro de la cantidad de agua que tu gato necesita, ponte en contacto con el veterinario para que pueda asesorarte.
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