Los gatos son animales carnívoros y, como tales, su alimentación debe estar compuesta principalmente por carne. No obstante, esto no quiere decir que no puedan comer otros alimentos de origen vegetal o, incluso, lácteos, como el queso. De hecho, muchos gatos disfrutan de un buen trozo de queso de vez en cuando. No obstante, es importante tener en cuenta que el queso no es un alimento esencial para los gatos y que, por tanto, no debe formar parte de su dieta habitual.
La leche y los productos lácteos, en general, son alimentos que no están muy bien tolerados por los gatos. Esto se debe a que los gatos no poseen la enzima necesaria para digerir la lactosa, que es el azúcar que se encuentra en la leche y en los lácteos. Por tanto, si un gato come queso de forma habitual, es probable que acabe padeciendo diarrea o vómitos. No obstante, no todos los gatos tienen la misma intolerancia a la lactosa, de modo que algunos pueden comer queso sin problemas.
En cualquier caso, si decides darle queso a tu gato de forma ocasional, es importante que optes por un queso fresco, de calidad y sin aditivos. También es recomendable que le des queso en pequeñas cantidades y que, si tu gato tiene diarrea o vómitos después de comerlo, dejes de dárselo. En cualquier caso, si tienes dudas sobre la alimentación de tu gato, lo mejor es que acudas al veterinario.
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