Una herida infectada en un perro (o gato) es una herida que está infectada por bacterias. Las bacterias pueden entrar en la herida a través de la piel o de la sangre. Las heridas infectadas pueden ser muy dolorosas para los perros y pueden causar que se enfermen si no se tratan. Las heridas infectadas también pueden ser un riesgo para la salud de las personas que están en contacto con el perro.
Si sospecha que su perro tiene una herida infectada, es importante que lo lleve al veterinario lo antes posible para que lo revise. El veterinario puede diagnosticar la herida y determinar el tratamiento que se necesita. El tratamiento de las heridas infectadas puede incluir el uso de antibióticos para matar las bacterias y la aplicación de una pomada antibiótica en la herida.
Si su perro tiene una herida infectada, es importante que lo mantenga limpio y libre de bacterias. Se recomienda lavar la herida con agua limpia y jabón suave, después de lo cual se debe aplicar una pomada antibiótica. Si la herida es muy grande o profunda, es posible que el veterinario necesite drenarla. Si la herida no mejora después de unos días de tratamiento, o si el perro empeora, es importante llevarlo de nuevo al veterinario para que lo revise.
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