Los gatos son animales que, aunque parezca que no les gusta ser domesticados, pueden llegar a adaptarse muy bien a la vida en interiores. Para ello, es importante que, desde cachorros, les acostumbremos a llevar un arnés y que vayan acostumbrándose poco a poco a llevarlo puesto.
Lo primero que debemos hacer es elegir el arnés adecuado. Hay de muchos tipos y tamaños, así que deberemos fijarnos en el tamaño de nuestro gato y en el modelo que más le guste. A continuación, le explicaremos cómo ponerlo.
Para ponerle el arnés al gato, es importante que esté relajado. Una buena forma de conseguirlo es acariciarlo y mimarlo unos minutos antes de ponérselo. A continuación, le abriremos el arnés por la parte de atrás y lo colocaremos sobre la cabeza del gato, dejándolo caer por los lados del cuello. Luego, le pasaremos los brazos por los hombros y lo ajustaremos en la parte delantera, para que no se le caiga. Por último, le abrocharemos la parte de atrás.
Una vez que tenga el arnés puesto, es importante acostumbrarlo poco a poco a llevarlo. Lo mejor es empezar en casa, para que se sienta seguro. Podemos ponerlo unos minutos al día y premiarlo cada vez que lo lleve puesto, para que asocie el hecho de llevarlo con algo agradable. Cuando esté acostumbrado, podremos salir a la calle con él y, poco a poco, ir aumentando el tiempo que está fuera.
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