Un gato resfriado es una enfermedad muy común en los gatos. A menudo es causada por un virus y es altamente contagiosa. Los síntomas de un gato resfriado pueden incluir tos, estornudos, secreción nasal, ojos llorosos, fiebre, letargo y pérdida del apetito. Si su gato tiene uno o más de estos síntomas, debe llevarlo al veterinario de inmediato. El diagnóstico se basará en una examen físico y en la historia clínica del gato. El veterinario también puede realizar pruebas de laboratorio para ayudar a confirmar el diagnóstico. El tratamiento de un gato resfriado generalmente se centra en el alivio de los síntomas. Esto puede incluir el uso de antibióticos, antivirales y anti-inflamatorios. También se pueden recetar suplementos de vitamina C para ayudar a fortalecer el sistema inmunológico del gato. En algunos casos, se puede recomendar el uso de humidificadores para ayudar a aliviar la congestión. Los gatos con un resfriado deben mantenerse bien hidratados. Esto se puede lograr al aumentar la cantidad de agua que el gato bebe. También se puede agregar agua adicional a su comida para asegurarse de que está recibiendo suficiente líquido. Los gatos con un resfriado también deben tener un lugar tranquilo y cómodo para descansar. Esto les ayudará a acelerar el proceso de recuperación.
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