Los gatos son animales muy limpios y en general no requieren de muchos cuidados especiales. No obstante, cuando se trata de un gato recién nacido, hay que tener un cuidado especial con ellos para que no enfermen y puedan desarrollarse de forma adecuada. A continuación, te contamos cuáles son los principales cuidados que debes tener con un gato recién nacido.Alimentación
Los gatos recién nacidos necesitan comer cada 2 o 3 horas, ya que su estómago es muy pequeño y no pueden comer mucho a la vez. Es importante que la leche que les des sea especial para gatitos, ya que la leche de vaca les puede sentar mal y provocarles diarrea. Si no tienes leche especial, puedes hacerla tú mismo mezclando leche evaporada, aceite de hígado de bacalao y agua hervida en partes iguales. Antes de dársela al gatito, asegúrate de que está a una temperatura adecuada, ni muy caliente ni fría.
Los gatos adultos pueden comer una vez al día, pero los gatitos necesitan comer más a menudo. A medida que vayan creciendo, irás reduciendo la cantidad de comidas, hasta que lleguen a comer una vez al día. No obstante, es importante que siempre tengan comida a su disposición, ya que los gatitos son muy activos y pueden llegar a tener hambre en cualquier momento.
Cambios de temperatura
Los gatos recién nacidos son muy sensibles a los cambios de temperatura, por lo que debes tener cuidado de no exponerlos a corrientes de aire ni a lugares demasiado calurosos o fríos. Lo ideal es mantener la habitación en la que están a una temperatura constante de entre 21 y 24ºC. Si la habitación es muy grande, puedes poner una bombilla de baja potencia para que no se enfríen demasiado.
Asimismo, es importante que la casa en general esté bien ventilada para evitar que se produzcan humedades, ya que éstas pueden ser muy perjudiciales para los gatos recién nacidos.
Limpieza
La higiene es muy importante para los gatos recién nacidos, ya que su sistema inmunológico aún no está desarrollado del todo y son muy susceptibles a enfermarse. Por ello, debes limpiar su cuarto con frecuencia y procurar que esté siempre bien ventilado. Asimismo, es importante lavar sus juguetes y cambiar su cama a menudo.
La limpieza de los gatitos debe hacerse con mucho cuidado, ya que son muy sensibles. Debes lavarlos con agua tibia y un jabón suave, sin frotar demasiado. A continuación, acláralos bien con agua tibia hasta que estén completamente limpios. Es importante que no uses agua ni jabón en la zona de los ojos, ya que podrían irritarse.
Por último, seca bien al gatito con una toalla suave para que no enferme por la humedad.
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