El gato en botella es una figura de origen incierto que consiste en un gato que, supuestamente, puede meterse en una botella. La figura puede representarse de forma realista o como una metáfora. En la forma realista, el gato en botella es un truco de ilusionismo en el que un gato es introducido en una botella a través de un agujero en el fondo de la misma. En la forma metafórica, el gato en botella es una persona o cosa que está atrapada en un lugar sin salida.
La figura del gato en botella es una de las ilusiones ópticas más antiguas y, probablemente, la más conocida. El origen de la ilusión es desconocido, pero se cree que se originó en la China medieval. La primera referencia escrita a la ilusión se encuentra en el Libro de los Sueños, de Zhuang Zhou, escrito en el siglo IV a. C. Sin embargo, no se sabe con certeza si se trataba de una ilusión óptica real o si era una metáfora.
La ilusión óptica del gato en botella se popularizó en Europa en el siglo XVIII, y se cree que fue introducida en Inglaterra por el prestidigitador francés Philippe de Vignolles, más conocido como Jacques de Vaucanson. Jacques de Vaucanson era un ilusionista y inventor francés que se hizo famoso por sus trucos de prestidigitación y sus máquinas automatizadas. Entre sus inventos se encuentra la Máquina de Tejer, que fue la primera máquina capaz de tejer tejidos de lana con diseños complejos.
En 1746, Jacques de Vaucanson presentó su truco de ilusionismo del gato en botella en la Corte de Luis XV en Versalles. La Corte quedó tan impresionada que Vaucanson fue contratado para presentar el truco en el Palacio de Saint-Germain-en-Laye. El truco consistía en introducir un gato en una botella a través de un agujero en el fondo de la misma. Una vez dentro, el gato salía por el cuello de la botella y luego volvía a entrar por el agujero. El truco fue un éxito y se convirtió en uno de los más famosos de Vaucanson.
Aunque el origen de la figura del gato en botella es incierto, la ilusión óptica se popularizó en el siglo XVIII gracias a Jacques de Vaucanson. El truco consistía en introducir un gato en una botella a través de un agujero en el fondo de la misma. Una vez dentro, el gato salía por el cuello de la botella y luego volvía a entrar por el agujero. El truco fue un éxito y se convirtió en uno de los más famosos de Vaucanson.
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