La esterilización de un gato es una cirugía muy común y segura que se realiza para evitar que los gatos tengan crías. Aunque es una cirugía simple, requiere que el gato se quede en una clínica veterinaria durante un día o dos. Es importante que los gatos sean esterilizados antes de que tengan su primer celo, que suele ocurrir cuando tienen entre 4 y 6 meses de edad.
La esterilización de un gato macho implica la retirada de los testículos. Esto se realiza a través de una incisión en el escroto. La esterilización de una hembra es un poco más complicada y requiere la retirada de los ovarios y el útero. Esto se realiza a través de una incisión en el abdomen.
Después de la cirugía, el gato recibirá antibióticos para prevenir infecciones y analgésicos para aliviar el dolor. Se le colocará un collar elástico para evitar que se lama la incisión. El gato deberá permanecer en la clínica veterinaria durante un día o dos para que los veterinarios puedan monitorear su progreso.
Una vez que el gato esté en casa, deberá tener una dieta blanda y limitada durante unos días. Es importante que el gato no se lamia la incisión, por lo que se le debe colocar una camisa o una gorra si es necesario. El gato deberá regresar a la clínica veterinaria para una revisión de la incisión a las 2 semanas. Después de eso, el gato estará completamente recuperado y podrá volver a su dieta y rutina normales.
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