Los acaros de los gatos son un problema común. A menudo se les llama "piojos de los gatos" o "gusanos de los gatos", pero en realidad son acaros. Los acaros son parásitos que se alimentan de la sangre de los gatos. Los gatos pueden contraer acaros de otros gatos o de animales, como los conejos. Los acaros se pueden encontrar en todo el cuerpo de un gato, pero generalmente se encuentran en las orejas, la nariz, los ojos y el cuello. Los síntomas de los acaros en los gatos incluyen picazón, rascado, comezón, sarpullido, pérdida de pelo, inflamación de la piel, enrojecimiento de la piel, costras en la piel, secreción ocular y/o nasal, tos y estornudos. Si no se tratan, los acaros pueden causar infecciones de la piel, daño permanente de los ojos, enfermedades respiratorias y hasta la muerte. Si sospecha que su gato tiene acaros, lleve a su gato al veterinario lo antes posible para un diagnóstico y tratamiento. Desafortunadamente, no existe una cura para los acaros, pero se pueden controlar y prevenir con un buen cuidado del gato y el hogar.
Los acaros son parásitos microscópicos que se alimentan de la sangre de los gatos. A menudo se les llama "piojos de los gatos" o "gusanos de los gatos", pero en realidad son acaros. Los acaros se pueden encontrar en todo el cuerpo de un gato, pero generalmente se encuentran en las orejas, la nariz, los ojos y el cuello. Los síntomas de los acaros en los gatos incluyen picazón, rascado, comezón, sarpullido, pérdida de pelo, inflamación de la piel, enrojecimiento de la piel, costras en la piel, secreción ocular y/o nasal, tos y estornudos. Si no se tratan, los acaros pueden causar infecciones de la piel, daño permanente de los ojos, enfermedades respiratorias y hasta la muerte. Si sospecha que su gato tiene acaros, lleve a su gato al veterinario lo antes posible para un diagnóstico y tratamiento. Desafortunadamente, no existe una cura para los acaros, pero se pueden controlar y prevenir con un buen cuidado del gato y el hogar.
Para controlar los acaros, es importante mantener un buen cuidado del gato y el hogar. Se recomienda bañar a los gatos con jabón antes de aplicar un tratamiento para los acaros. Asegúrese de que el jabón no entre en contacto con los ojos, la nariz y la boca del gato. Luego, seque al gato con una toalla. A continuación, aplique el tratamiento para los acaros en las orejas, la nariz, los ojos y el cuello del gato. Siga las instrucciones del fabricante para el tratamiento. Los tratamientos tópicos para los acaros generalmente se aplican una vez a la semana hasta que los síntomas desaparecen. Los tratamientos orales para los acaros generalmente se administran una vez al día durante tres a cinco días. Los tratamientos para los acaros pueden ser tóxicos, por lo que es importante seguir las instrucciones del fabricante y consultar con el veterinario antes de usarlos. Además, es importante limpiar el hogar para eliminar los ácaros y las huellas dactilares. Se recomienda aspirar y lavar todas las superficies con agua caliente para eliminar los ácaros. Asegúrese de limpiar las camas, los sofás, los tapetes, las alfombras, los plástico, los juguetes y las ropas de los gatos. Los ácaros también pueden vivir en el suelo, por lo que es importante aspirar y lavar el suelo con agua caliente. También es importante lavar todas las ropas de cama, toallas y ropa de los gatos con agua caliente para eliminar los ácaros. Si tiene más de un gato, asegúrese de tratar a todos los gatos para prevenir la propagación de los ácaros.
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