Aunque los gatos y los perros son animales domésticos muy populares, existen algunas diferencias físicas notables entre ellos. Los gatos, por ejemplo, son más pequeños que los perros, siendo esto una de las principales diferencias. Otra diferencia es que los gatos tienen una cola mucho más larga y delgada que los perros, y también tienen una capa de pelo más densa. Los gatos también tienen uñas retráctiles, lo que significa que pueden ocultarlas cuando no las necesitan. Por otro lado, los perros no tienen uñas retráctiles y, en general, son más grandes que los gatos. Otro aspecto interesante de los gatos es que tienen un mejor sentido del equilibrio que los perros, lo que les permite saltar y escalar con mayor facilidad. Los gatos también son más independientes que los perros y no necesitan tanta atención o cuidado. Sin embargo, los perros son más fáciles de entrenar que los gatos y suelen ser más leales a sus dueños.
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