Los gatos son animales muy limpios y elegantes, y aunque a veces pueden parecer fríos e indiferentes, la mayoría de ellos son muy cariñosos y les encanta que los acaricien. Sin embargo, no todos los gatos toleran el mismo tipo de acaricias, y algunos incluso pueden llegar a morder o arañar si no se les acaricia de la manera adecuada. Por eso, es importante aprender a interpretar las señales que nuestro gato nos está enviando para saber si le gusta o no que le acariciemos en una determinada zona de su cuerpo.
La cabeza y el cuello
La mayoría de los gatos disfrutan que les acaricien la cabeza y el cuello, especialmente si son muy cariñosos. Aunque a algunos gatos les gusta que les rasquen la garganta o detrás de las orejas, a otros les puede molestar, así que lo mejor es ir probando con suaves caricias hasta que veas qué es lo que a tu gato le gusta. Otro truco para saber si le gusta que le acaricien la cabeza es fijarse en su cola: si la mantiene erguida y relajada, es señal de que está disfrutando de tus caricias, pero si la tiene pegada al cuerpo o la agita, significa que quiere que pare.
El vientre
Aunque a muchos gatos les gusta que les acaricien el vientre, a otros les puede molestar, así que lo mejor es ir con cuidado la primera vez. Si le acaricias el vientre y vez que se está relajando y ronroneando, significa que le gusta, pero si empieza a moverse o a agitarse, es mejor que pares. Algunos gatos incluso pueden llegar a morder si les acarician demasiado el vientre, así que lo mejor es ir con cuidado.
Las patas y las orejas
Los gatos suelen ser bastante sensibles en las patas y las orejas, así que lo mejor es no acariciarlos en estas zonas. Aunque a algunos gatos les gusta que les rasquen detrás de las orejas, a otros les puede molestar, así que lo mejor es ir con cuidado. Y en cuanto a las patas, lo mejor es no tocarlas demasiado, ya que a muchos gatos les gusta que las dejen en paz.
El rabo
El rabo es otra zona en la que los gatos suelen ser bastante sensibles, así que lo mejor es ir con cuidado. Aunque a algunos gatos les gusta que les acaricien el rabo, a otros les puede molestar, así que lo mejor es ir probando con suaves caricias hasta que veas qué es lo que a tu gato le gusta. Otro truco para saber si le gusta que le acaricien el rabo es fijarse en su cola: si la mantiene erguida y relajada, es señal de que está disfrutando de tus caricias, pero si la tiene pegada al cuerpo o la agita, significa que quiere que pare.
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