Hay muchas cosas que los perros no pueden comer, incluyendo algunos alimentos que son seguros para los humanos. A continuación se presenta una lista de alimentos que los perros no deben comer, así como una explicación de por qué estos alimentos son peligrosos para ellos:
- Alcohol - El alcohol, ya sea en forma de cerveza, vino o licor, puede ser extremadamente peligroso para los perros. Incluso una pequeña cantidad de alcohol puede causar daño al hígado o al sistema nervioso central de un perro, y puede ser fatal. Los síntomas de la ingesta de alcohol en los perros pueden incluir vómitos, diarrea, convulsiones, respiración irregular y coma.
- Café, té y cacao - Los perros no deben consumir café, té o cacao, ya que contienen cafeína, que es tóxica para ellos. La cafeína puede causar nerviosismo, aumento de la frecuencia cardíaca, convulsiones y, en casos extremos, puede ser fatal. Otros síntomas de la ingesta de cafeína en los perros pueden incluir vómitos y diarrea.
- Carne cruda - La carne cruda puede estar contaminada con bacterias que son peligrosas para los perros, como Salmonella o E. coli. Ingerir carne cruda también puede provocar anemia en los perros. Los síntomas de la ingesta de carne cruda en los perros pueden incluir vómitos, diarrea, falta de apetito, pérdida de peso y anemia.
- Cebolla, ajo y especias - La cebolla, el ajo y otras especias son tóxicos para los perros. La ingesta de cebolla o ajo puede causar anemia en los perros. Otros síntomas de la ingesta de cebolla, ajo o especias en los perros pueden incluir vómitos, diarrea, falta de apetito y pérdida de peso.
- Chocolate - El chocolate contiene una sustancia tóxica llamada teobromina, que es peligrosa para los perros. La ingesta de chocolate puede causar vómitos, diarrea, convulsiones, taquicardia y, en casos extremos, puede ser fatal. Otros síntomas de la ingesta de chocolate en los perros pueden incluir nerviosismo, aumento de la frecuencia cardíaca y taquicardia.
- Huesos - Los huesos pueden ser peligrosos para los perros, ya que pueden romperse y causar daño a los dientes, el esófago o el estómago. Los huesos también pueden obstruir el tracto intestinal. Los síntomas de la ingesta de huesos en los perros pueden incluir vómitos, diarrea, estreñimiento, dolor abdominal y obstrucción intestinal.
- Leche y productos lácteos - La leche y los productos lácteos pueden ser difíciles de digerir para los perros y pueden causar diarrea. Los perros también pueden ser intolerantes a la lactosa, lo que significa que no pueden digerir la lactosa de la leche. Los síntomas de la intolerancia a la lactosa en los perros pueden incluir vómitos, diarrea, flatulencia y dolor abdominal.
- Nueces - Las nueces, especialmente las nueces de macadamia, son tóxicas para los perros. La ingesta de nueces puede causar vómitos, diarrea, convulsiones, fiebre y, en casos extremos, puede ser fatal. Otros síntomas de la ingesta de nueces en los perros pueden incluir debilidad, calambres musculares y dificultad para respirar.
- Pescado - El pescado contiene una sustancia tóxica llamada mercurio, que es peligrosa para los perros. La ingesta de pescado puede causar vómitos, diarrea, convulsiones, fiebre y, en casos extremos, puede ser fatal. Otros síntomas de la ingesta de pescado en los perros pueden incluir debilidad, calambres musculares y dificultad para respirar.
- Plátanos - Los plátanos contienen una sustancia tóxica llamada fosfato, que es peligrosa para los perros. La ingesta de plátanos puede causar vómitos, diarrea, convulsiones, fiebre y, en casos extremos, puede ser fatal. Otros síntomas de la ingesta de plátanos en los perros pueden incluir debilidad, calambres musculares y dificultad para respirar.
- Uvas y pasas - Las uvas y las pasas son tóxicas para los perros. La ingesta de uvas o pasas puede causar vómitos, diarrea, convulsiones, fiebre y, en casos extremos, puede ser fatal. Otros síntomas de la ingesta de uvas o pasas en los perros pueden incluir debilidad, calambres musculares y dificultad para respirar.
Si sospecha que su perro ha ingerido uno de estos alimentos, llame inmediatamente al veterinario. Si no tiene acceso a un veterinario, llame al centro de control de envenenamiento de animales más cercano para obtener instrucciones.
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