La cebolla y las cebolletas son tóxicas para los gatos. El principal componente tóxico de la cebolla es la sustancia llamada sulfuro de alilo. Esta sustancia es tóxica para muchos animales, especialmente para los gatos. La ingestión de cebolla puede causar anemia en los gatos.
Los gatos no deben comer cebolla en ninguna forma, ya sea cocida, cruda o en polvo. La ingestión de cebolla puede provocar vómitos, diarrea, decoloración de la orina y falta de apetito en los gatos. Si tu gato come cebolla, deberías llamar al veterinario de inmediato.
La anemia que se produce por la ingestión de cebolla es una condición grave que puede poner en peligro la vida de tu gato. Los síntomas de anemia incluyen pálido, letárgico, sin energía, respiración rápida y superficial, falta de apetito y un pulso débil y rápido. Si tu gato muestra alguno de estos síntomas, llama al veterinario de inmediato.
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