Aunque el cordero es una carne muy nutritiva, no todos los gatos la toleran bien. Si tu gato tiene alergia al cordero, puede experimentar síntomas como diarrea, vómitos y/o erupciones cutáneas. Si observas cualquiera de estos síntomas en tu gato, deberías llevarlo al veterinario de inmediato.
La carne de cordero también contiene muchas calorías, por lo que no es adecuada para gatos con sobrepeso o obesidad. Si tu gato está en el peso adecuado, puedes alimentarlo con cordero de forma ocasional, pero no debería ser una parte regular de su dieta.
Al igual que con cualquier alimento nuevo, introduce el cordero en la dieta de tu gato poco a poco. Comienza dándole un poco de carne cocida y sin grasa, y observa cómo reacciona. Si todo va bien, puedes ir aumentando la cantidad poco a poco hasta que esté comiendo una comida normal de cordero.
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