Alimentar a un perro o gato con comida cruda es una gran manera de asegurarse de que están recibiendo todos los nutrientes necesarios para mantenerse fuertes y saludables. La carne cruda contiene muchas vitaminas y minerales importantes, así como proteínas de alta calidad, que son esenciales para el buen funcionamiento del cuerpo de los animales. Sin embargo, alimentar a un perro o gato con carne cruda puede ser un poco más complicado de lo que parece. Aquí hay algunos consejos para ayudarlo a iniciar el proceso de alimentar a su mascota con carne cruda.
Elegir la carne adecuada
La carne cruda para perros y gatos debe ser de alta calidad y libre de huesos. La carne de res, de pollo o de pavo sin hueso es una buena opción. Es importante que la carne esté cortada en trozos pequeños para evitar que se atragante. También se debe evitar la carne cruda con mucha grasa o con exceso de carne magra. La carne cruda con hueso puede ser muy peligrosa para los perros y gatos, ya que pueden atragantarse o romperse los dientes. Si está alimentando a su mascota con carne cruda con huesos, asegúrese de que los huesos estén bien masticados y de que la carne esté libre de grasa.
Introducir la carne cruda en la dieta
La carne cruda debe introducirse gradualmente en la dieta de su perro o gato. Comience con una pequeña cantidad de carne cruda y aumente la cantidad poco a poco a medida que se acostumbren a ella. Es importante asegurarse de que la carne cruda no reemplace completamente la comida seca o enlatada que estaban acostumbrados a comer. La carne cruda debe representar alrededor del 10% de la dieta de su perro o gato. Si su mascota tiene diarrea o vómitos después de comer carne cruda, deje de darle carne cruda y consulte a su veterinario.
Cómo almacenar la carne cruda
La carne cruda debe almacenarse correctamente para evitar que se eche a perder. La carne cruda debe mantenerse en un envase sellado en el refrigerador. Si no va a usar toda la carne cruda de una sola vez, puede congelarla en porciones para su mascota. Asegúrese de descongelar la carne cruda completamente antes de dársela a su mascota. No deje que la carne cruda se quede a temperatura ambiente durante más de una hora. Si la carne cruda se echa a perder, puede causar enfermedades graves a su perro o gato.
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