El gato de Cheshire es un personaje de ficción que aparece en la obra de 1865, Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll. El gato es un personaje misterioso y encantador, con una sonrisa perenne en su rostro. A menudo se representa con colores brillantes y una actitud juguetona. En la obra de Carroll, el gato de Cheshire desempeña un papel importante en la historia, ya que es una de las pocas criaturas que Alicia puede ver y hablar en el País de las Maravillas. El gato también es conocido por su habilidad para desaparecer y reaparecer de manera misteriosa, lo que hace que sea un personaje aún más enigmático.
Aunque el gato de Cheshire es un personaje de ficción, ha adquirido una gran popularidad en la cultura popular. Se ha convertido en un símbolo de la imaginación y la creatividad, y es conocido por su encanto y su sentido del humor. El gato de Cheshire también ha sido utilizado como un símbolo político, ya que representa el individualismo y la rebeldía. En general, el gato de Cheshire es un personaje muy versatile que ha adquirido un significado profundo para muchas personas.