De acuerdo con The International Cat Association, el color naranja en gatos es un color de pelaje muy raro. Debido a que es un color tan raro, no hay una gran cantidad de estudios sobre la frecuencia con la que se produce en gatos. Sin embargo, se cree que el color naranja es un rasgo recesivo, lo que significa que ambos padres deben tener el gen para que el gato pueda heredarlo. Esto significa que, si un gato naranja tiene un padre o madre de otro color, la probabilidad de que el gato sea naranja es de solo un 25%.
Dado que el color naranja es un rasgo recesivo, es más probable que se produzca en gatos que no son de raza pura. Los gatos de raza pura tienden a tener una variedad más limitada de colores de pelaje, por lo que es menos probable que se produzcan gatos naranjas. Sin embargo, hay algunas razas de gatos que tienden a producir un mayor número de gatos naranjas. Estas razas incluyen el Manx, el Siamese y el Peterbald. De acuerdo con Cats of Australia, el Manx es la raza de gato más comúnmente asociada con el color naranja.
Aunque el color naranja es más común en los gatos machos, también es posible que las hembras sean naranjas. De hecho, se cree que el 25% de los gatos naranjas son hembras. Esto significa que la probabilidad de que un gato naranja sea macho es de solo un 3%. Esto es significativamente menor que la proporción de gatos machos a hembras en la población general, que es de aproximadamente un 50%.
En conclusión, aunque el color naranja en los gatos es un rasgo relativamente raro, también es más común en los machos. Sin embargo, es posible que las hembras también sean naranjas. De hecho, se cree que el 25% de los gatos naranjas son hembras.