Si tu gato comienza a llorar sangre, es importante que acudas al veterinario de inmediato. Aunque pueda ser una causa menor de inquietud, también puede ser un signo de una afección más grave. Algunas de las causas más comunes de que un gato llore sangre son:
Si tu gato tiene una herida en la boca o en los dientes, es probable que sangre un poco. Sin embargo, si el sangrado es abundante o si dura más de un día, es mejor que llames al veterinario. También deberías llamar al veterinario si el gato está llorando sangre y tiene otros síntomas como pérdida de apetito, vómitos o diarrea.
Si tu gato tiene una uña hemorragia interna, puedes notar que su uña está hinchada y roja. Si se rasca la uña, puede que veas que está sangrando. Si el gato tiene una uña hemorragía interna, es importante llevarlo al veterinario para que se la revise y reciba el tratamiento adecuado.
Muchos gatos tienden a esconderse cuando están enfermos o heridos, por lo que es posible que no te des cuenta de que tu gato está sangrando hasta que la sangre está visible en tu casa. Si descubres que tu gato está sangrando, debes actuar rápidamente para ayudar a tu gato y detener la hemorragia. Si no sabes qué hacer, ponte en contacto con tu veterinario de inmediato.
1. Identifica la fuente de la sangre
La sangre puede proceder de una herida superficial o de una herida interna. Si la herida es superficial, la sangre generalmente se detendrá por sí sola una vez que se haya limpiado. Si la herida es interna, será necesario llevar a tu gato al veterinario de inmediato.
Para identificar si la herida es superficial o interna, observa la herida y trata de determinar si hay un orificio de entrada y salida visible. Si no hay un orificio de entrada y salida visible, es probable que la herida sea interna.
2. Limpia la herida
Una vez que hayas determinado que la herida es superficial, puedes limpiarla en casa. Si la herida es interna, no trates de limpiarla en casa, ya que podrías empeorarla. En su lugar, llévate a tu gato al veterinario de inmediato.
Para limpiar la herida, necesitarás agua tibia y una solución de lavado suave. Puedes comprar una solución de lavado suave en la farmacia o hacer una casera con una parte de jabón para bebés y nueve partes de agua. No uses jabón regular, ya que podría irritar la herida.
Limpia la herida con agua tibia para eliminar la suciedad y el exceso de sangre. A continuación, aplica la solución de lavado suave y sécala con gasas limpias. No apliques ningún tipo de ungüento o loción a la herida, ya que podría impedir que se cicatrice.
3. Vigila la herida
Después de limpiar la herida, debes observarla de cerca para asegurarte de que no comience a sangrar de nuevo. Si la herida sigue sangrando, ponte en contacto con tu veterinario de inmediato. Si la herida no sangra, deja que tu gato se restaure solo.
Es importante que vigiles la herida para asegurarte de que no esté infectada. Si la herida está infectada, podría estar enrojecida, caliente al tacto o exudar pus. Si notas alguno de estos síntomas, ponte en contacto con tu veterinario de inmediato.
4. Ponte en contacto con tu veterinario
Si la herida es interna o si no se detiene la hemorragia después de limpiarla, debes ponerte en contacto con tu veterinario de inmediato. El veterinario podrá determinar la gravedad de la herida y tratarla adecuadamente. Si la herida es grave, tu gato puede necesitar cirugía para repararla.