Si tu gato está cojeando, no esperes para llevarlo al veterinario. Los gatos tienen una gran capacidad para ocultar el dolor, por lo que pueden parecer estar bien, incluso si están enfermos o lesionados. Si el dolor es intenso, pueden incluso morder.
Si notas que tu gato está cojeando o evitando usar una de sus patas, es importante que lo lleves al veterinario de inmediato. Algunas causas comunes de la cojera en gatos incluyen:
Algunas de estas condiciones son más graves que otras, pero todas requieren atención médica. El veterinario examinará a tu gato y le hará preguntas sobre su historial médico y síntomas para ayudar a determinar la causa de la cojera. A continuación, se le indicará el tratamiento adecuado. El tratamiento puede incluir antibióticos, corticosteroides o analgésicos, así como ejercicio y una dieta especial.
Si notas que tu gato está cojeando, lo primero que debes hacer es acudir al veterinario para que pueda diagnosticar el problema. A veces, un gato cojea porque tiene una herida o una infección en una de sus patas. En estos casos, el tratamiento es relativamente sencillo y el gato suele recuperarse en poco tiempo.
Sin embargo, en otras ocasiones, el motivo de la cojera puede ser más grave. Por ejemplo, puede tratarse de una displasia de cadera, una enfermedad degenerativa que afecta a las articulaciones y que requiere de un tratamiento a largo plazo. Si tu gato padece displasia de cadera, lo más importante es mantenerlo activo y evitar que pierda músculo en las patas posteriores.
En cualquier caso, si tu gato está cojeando, es importante que acudas al veterinario lo antes posible para que pueda diagnosticar el problema y recibir el tratamiento adecuado.
Los gatos son muy buenos para ocultar su dolor, por lo que es importante estar atento a los pequeños cambios en el comportamiento de tu gato que pueden indicar que está enfermo o herido. Si tu gato está cojeando o evitando que le toques ciertas partes del cuerpo, es posible que esté sufriendo de dolor en las patas. Aquí te contamos qué puedes hacer para aliviar el dolor de las patas de tu gato.
Anima a tu gato a que se mueva
Aunque a tu gato le duela la pata, es importante que se mantenga activo para evitar que se atrofie el músculo. Anímale a que juegue, bríndale un lugar seguro para que se suba y baje, y considera la posibilidad de llevarlo a dar un paseo en un carrito de gato si es necesario. No dejes que tu gato se quede encerrado en una habitación solo, ya que podría sentirse deprimido y perder el apetito.
Trata el dolor
Hay una amplia variedad de tratamientos para el dolor en las patas de los gatos, desde fármacos antiinflamatorios hasta terapias físicas. Consulta con tu veterinario para encontrar el tratamiento más adecuado para tu gato. Aliviar el dolor de tu gato le ayudará a recuperarse más rápido y a volver a la normalidad.
Mantén la pata limpia y seca
Limpia y seca la pata de tu gato con frecuencia para evitar que se infecte. Si la pata está hinchada o tiene una herida, aplica una gasa estéril para protegerla de la suciedad. No le quites el vendaje a tu gato, ya que podría lamerse la pata y empeorar la herida. Si la herida no parece estar sanando, consulta con tu veterinario.
Evita que tu gato se lastime la pata
Mantén el área donde vive tu gato libre de objetos que puedan causarle daño, como objetos afilados o con bordes duros. Coloca una alfombra o una toalla en la zona para que tu gato pueda descansar la pata si es necesario. No le quites la comida a tu gato, ya que necesitará mantenerse fuerte para recuperarse.
Los gatos son especialistas en ocultar su dolor, pero eso no significa que no padezcan. Si sospechas que tu gato puede estar sufriendo de algún tipo de lesión en las patas, es importante que prestes atención a ciertas señales de alerta y que acudas al veterinario si observas alguna anomalía.
Cómo saber si mi gato se lastimo la pata
A continuación te detallamos algunas de las maneras de saber si tu gato se lastimo la pata:
Si observas cualquiera de estas señales de alerta, lo más recomendable es que acudas al veterinario lo antes posible para que pueda diagnosticar el problema y prescribir el tratamiento adecuado.