¿Alguna vez nos hemos preguntado cómo ven los gatos el mundo? Aunque podamos imaginar que su visión es un tanto diferente a la nuestra, resulta que los gatos tienen una capacidad visual muy distinta a la nuestra en varios aspectos. Por ejemplo, ¿sabías que los gatos ven mejor de noche? Y es que sus ojos están adaptados para que la luz entre de forma más eficiente, lo que les permite una mejor visión en entornos oscuros. De hecho, los gatos pueden ver aproximadamente seis veces mejor que los humanos en condiciones de poca luz.
Pero si de algo podemos estar seguros es de que, aunque la forma en que perciben el mundo sea diferente a la nuestra, los gatos nos ven en blanco y negro. Aunque podamos ver una amplia gama de colores, los gatos solo distinguen el blanco, el negro y los tonos grises. Es decir, para ellos el mundo es una mezcla de blanco, negro y grises, aunque también es cierto que algunos gatos pueden ver un poco de color.
¿Por qué los gatos nos ven en blanco y negro? Pues básicamente porque sus ojos no están preparados para percibir otro tipo de colores. Y es que, a diferencia de los humanos, los gatos tienen solo dos tipos de conos en sus ojos, mientras que los humanos tenemos tres. Los conos son células especializadas en la percepción de la luz, y cada uno de ellos está preparado para percibir un tipo de color en concreto. Por ejemplo, los humanos tenemos unos conos para percibir los rojos, otros para los verdes y otros para los azules. Los gatos, en cambio, solo tienen unos conos para percibir los rojos y otros para los verdes. Esto quiere decir que, para ellos, los colores que percibimos como azules o amarillos simplemente no existen.
Aunque los gatos nos ven en blanco y negro, eso no quiere decir que no sean capaces de discriminar entre diferentes tonalidades de gris. De hecho, los gatos son capaces de distinguir hasta cierto punto entre diferentes tonalidades de color, aunque no lleguen a percibirlos como nosotros. En cualquier caso, y aunque para ellos el mundo sea una mezcla de blanco, negro y grises, sabemos que para ellos el mundo es un lugar mágico e interesante, lleno de sorpresas y cosas por descubrir.
Los gatos, al igual que los humanos, tienen células especiales en sus ojos llamadas conos. Los conos se encargan de percibir los colores. Los gatos, al contrario que los humanos, no tienen tantos conos en sus ojos y, por lo tanto, ven peor los colores. Sin embargo, esto no significa que los gatos no puedan verlos en absoluto.
Los gatos tienen una visión más sensitiva a la luz que los humanos y, por lo tanto, ven mejor en condiciones de poca luz. También tienen un campo de visión más amplio que el nuestro, lo que les permite ver mejor a los lados.
El color que mejor ven los gatos es el verde. También ven bien el azul y el amarillo. Los colores que peor ven los gatos son el rojo y el violeta.
La mayoría de los gatos son negros o blancos, pero también hay gatos de todos los colores del arco iris. Según un estudio realizado en 2005, el color favorito de los gatos es el negro. El segundo color favorito es el blanco, seguido por el gris, el marrón y el rojo. Los gatos negros son los más populares en Estados Unidos, seguidos por los gatos blancos. En Reino Unido, el color favorito de los gatos es el gris, seguido de los negros y los blancos. Los gatos marrones son más populares en Australia y Nueva Zelanda, seguidos por los negros y los blancos. Los gatos rojos son los más populares en Japón, seguidos por los negros y los blancos.
Los gatos son animales que, aunque están domesticados, todavía mantienen muchas de sus características salvajes. Esto se puede ver en su forma de comportarse, en su forma de relacionarse con otras personas y en la forma en que ven a sus dueños. Aunque los gatos pueden llegar a ser muy apegados a sus dueños, también pueden ser muy independientes. Esta independencia es una de las cosas que hacen que los gatos sean tan atractivos para muchas personas. Sin embargo, también puede ser una de las cosas que hacen que muchas personas no entiendan completamente a los gatos.
Los gatos no ven a sus dueños de la misma forma en que los perros ven a sus dueños. Los perros son animales muy sociales que necesitan estar constantemente cerca de otras personas. Los gatos, por otro lado, son mucho más independientes. No necesitan estar cerca de otras personas para sentirse bien y, de hecho, muchos gatos prefieren estar solos. Esto no significa que los gatos no sean afectuosos. De hecho, muchos gatos son muy afectuosos con sus dueños y disfrutan estar en contacto físico con ellos. Sin embargo, los gatos no necesitan estar en contacto físico constante con otras personas para sentirse bien.
Los gatos también ven a sus dueños de la misma forma en que ven a otros gatos. Los gatos son animales muy sociales y su forma de ver a los demás gatos es muy similar a su forma de ver a sus dueños. Los gatos ven a sus dueños como miembros de su familia y los tratan de la misma forma en que tratarían a otros gatos. Esto significa que los gatos pueden ser muy apegados a sus dueños, pero también pueden ser muy independientes. Los gatos no necesitan estar constantemente cerca de otras personas para sentirse bien.
Los gatos son muy buenos en interpretar el lenguaje corporal humano, pero ¿sabías que también entienden algunas de las palabras que decimos? Aunque no todas las palabras significan lo mismo para ellos como para nosotros, hay algunas que entienden perfectamente.
Nombres
Los gatos tienden a responder mejor a los sonidos altos y agudos, y esto es especialmente cierto para los nombres. Si llamas a tu gato por su nombre, es probable que venga hacia ti, especialmente si le acompañas con una golosina.
Comandos básicos
Los gatos también pueden aprender algunos comandos básicos, como "siéntate" o "ve aquí". Esto se debe a que los gatos son muy visuales, por lo que si le enseñas una señal con tu mano cada vez que le dices un comando, es probable que lo aprenda.
Lenguaje corporal
El lenguaje corporal es quizás la forma de comunicación más eficaz para los gatos. Los gatos interpretan mucho de nuestro lenguaje corporal, como el tono de nuestra voz, nuestra postura y nuestra expresión facial. Por lo tanto, si estás tratando de comunicarte con tu gato, es importante tener en cuenta todo tu lenguaje corporal, no solo las palabras que usas.