El celo de una gata hembra dura unos tres o cuatro días, aunque puede extenderse hasta una semana. Una gata en celo tiene un carácter muy alterado, y está muy sensible al tacto. Esto hace que muchos gatos no quieran que les toquen, incluso si les caen bien las personas. Sin embargo, otros gatos pueden llegar a ser muy cariñosos durante este período. Las gatas en celo también pueden ser bastante ruidosas. A menudo, maullarán y gritarán mucho más de lo habitual. Las gatas en celo también tienden a orinar más, y su orina puede oler más fuerte que de costumbre. Si una gata no está en celo, es posible que orine fuera de su caja de arena. Sin embargo, si está en celo, es probable que orine en cualquier lugar que considere apropiado. Esto puede ser muy frustrante para los propietarios de gatos, que deben limpiar con frecuencia las áreas húmedas.
Algunas gatas en celo pueden llegar a ser bastante agresivas. Esto es más común en las gatas que no han tenido mucho contacto con los gatos machos. Si una gata en celo está en contacto con un gato macho, es probable que se calme bastante. Las gatas en celo también pueden llegar a ser bastante ansiosas, y pueden tener dificultades para dormir. A veces, las gatas en celo pueden perder el apetito.
Después de que una gata ha terminado de estar en celo, es probable que vuelva a la normalidad. Sin embargo, algunas gatas pueden seguir siendo un poco más ruidosas y cariñosas de lo habitual. Si una gata no está en celo, es posible que orine fuera de su caja de arena. Sin embargo, si está en celo, es probable que orine en cualquier lugar que considere apropiado. Esto puede ser muy frustrante para los propietarios de gatos, que deben limpiar con frecuencia las áreas húmedas.
Pasar el celo a una gata es un proceso que requiere de mucha paciencia y atención. El primer paso es llevarla al veterinario para que le hagan una revisión y descarten cualquier enfermedad o problema de salud. Una vez que esté en buen estado de salud, lo siguiente será buscarle un compañero de celo. Es importante que el gato sea de la misma edad y tamaño, para evitar problemas a la hora de aparearse. También es recomendable que sea de la misma raza, para evitar problemas genéticos en los futuros gatitos. Una vez que se haya encontrado el compañero perfecto, lo siguiente será llevarlos a un lugar tranquilo y dejar que se acostumbren el uno al otro. Este proceso puede llevar un tiempo, pero es importante que sean pacientes. Finalmente, llegará el momento en que se aparearán y tendrán gatitos. Es importante que sean observados de cerca durante todo el proceso, para asegurarse de que todo salga bien.
Después de que los gatitos nazcan, será necesario esterilizar a la gata para evitar que vuelva a entrar en celo. Este proceso se puede realizar en el veterinario, y suele ser muy efectivo. También existen otros métodos, como la inyección de hormonas, pero estos deben ser aplicados por un veterinario experto. En algunos casos, se recomienda esterilizar al gato macho, para evitar que sienta el celo y tenga problemas para aparearse. Sin embargo, esto debe ser evaluado caso por caso, ya que puede causar problemas de salud en el gato macho.
En resumen, pasar el celo a una gata es un proceso largo y complicado. Es importante que se lleve a cabo de la manera correcta, para evitar problemas de salud en los gatos. Si se siguen estos pasos, se puede lograr que la gata pase el celo de manera segura y efectiva.
Desafortunadamente para los propietarios de gatos, el celo es una etapa natural del ciclo reproductivo de las hembras. Aunque es posible evitar el celo mediante el esterilización, la mayoría de las personas optan por dejar que sus gatas tengan una o dos camadas antes de someterlas a este procedimiento. Si bien el celo puede ser una etapa molesta para los propietarios de gatos, es importante recordar que es un proceso natural y necesario para la perpetuación de la especie. Si bien no existe una solución "mágica" para hacer que una gata en celo deje de maullar, hay una serie de pasos que se pueden seguir para minimizar el molesto comportamiento.
1. Ofrezca una distracción. Los gatos en celo pueden ser muy persistentes en su llamado, pero con un poco de paciencia y perseverancia, es posible distraer a tu gata de su comportamiento. Alienta a tu gata a jugar con un juguete, como un ratón de plástico o una pelota de gato. También puedes ofrecerle una golosina para que se enfoque en algo más que en el celo. Si tu gata no está interesada en los juguetes o en las golosinas, puedes tratar de acariciarla y acariciarla para que se calme.
2. Ofrezca una rutina. Los gatos son criaturas de hábitos, y una rutina es algo que les ayudará a sentirse seguros y tranquilos. Al establecer un horario para el juego, la alimentación y el baño, tu gata sabrá qué esperar y cuándo esperarlo. Asegúrese de que su gata tenga un lugar tranquilo y seguro para dormir, ya que esto también puede ayudarla a relajarse.
3. Ofrezca un lugar seguro. Aunque es posible que no sea posible alejar a tu gata de todos los gatos machos en celo, puedes ofrecerle un lugar seguro para que se esconda y se relaje. Una caja de cartón con un agujero en el medio puede ser el lugar perfecto para tu gata, ya que podrá ver y escuchar a los gatos machos, pero no será capaz de ser molestada por ellos.
4. Ve al veterinario. Si ninguna de las soluciones anteriores funciona, o si tu gata está siendo especialmente molesta, es posible que debas llevarla al veterinario. El veterinario puede recetar una píldora para el celo que ayudará a calmar a tu gata y reducir sus niveles de hormonas. Si tu gata es esterilizada, esta es una solución permanente para el problema.