Bastet era la diosa egipcia de la protección, la felicidad, la maternidad y la feminidad. Se la representaba como una mujer con la cabeza de un gato o un león, y era considerada como la encarnación de la fiera salvaje. Según la mitología, Bastet era la hija del dios sol Ra, y fue adorada como un símbolo de feminidad y poder. En el antiguo Egipto, los gatos eran considerados como símbolos de buena fortuna, y se les daba un lugar especial en la sociedad. Los gatos eran considerados como guardianes de las casas y las familias, y se les daba un trato especial. Los gatos eran enterrados en tumbas especiales, y se les ofrecían sacrificios. En el año 1000 a.C., el faraón Thutmose III ordenó que se construyeran templos en honor a Bastet. Estos templos se convirtieron en lugares de peregrinación, donde la gente adoraba a los gatos y les ofrecía sacrificios. En el año 30 a.C., el emperador romano Augusto ordenó la construcción de un templo en honor a Bastet en Alejandría, Egipto. Este templo se convirtió en el más grande y rico de todos los templos de Bastet. Los gatos eran considerados como símbolos de protección y buena fortuna en el antiguo Egipto, y se les daba un trato especial. Los gatos eran enterrados en tumbas especiales, y se les ofrecían sacrificios. En el año 1000 a.C., el faraón Thutmose III ordenó que se construyeran templos en honor a Bastet. Estos templos se convirtieron en lugares de peregrinación, donde la gente adoraba a los gatos y les ofrecía sacrificios. En el año 30 a.C., el emperador romano Augusto ordenó la construcción de un templo en honor a Bastet en Alejandría, Egipto. Este templo se convirtió en el más grande y rico de todos los templos de Bastet.