Los gatos tienen una forma muy particular de aparearse que a muchos propietarios de gatos les resulta chocante o incluso repugnante. Sin embargo, es un proceso natural que se lleva a cabo para que los gatos puedan reproducirse. A continuación se explica cómo es el proceso de apareamiento de los gatos para que puedas entender mejor a tu mascota.
Cuando un gato macho está listo para aparearse, emite una serie de gritos característicos que las gatas encuentran muy atractivos. De hecho, es probable que hayas oído a tu gato maullar de forma extraña en alguna ocasión. Los gritos del gato macho indican a las gatas que está listo para reproducirse y que pueden acercarse a él.
Una vez que una gata se acerca al gato macho, éste la agarra con sus garras y comienza a lamer su cuerpo. Aunque pueda parecer que el gato macho está siendo agresivo, en realidad se trata de una forma de masaje que sirve para excitar a la gata.
Tras unos minutos de masaje, el gato macho comenzará a montar a la gata. En este momento, el gato macho empuja su pene dentro de la vagina de la gata y comienza a eyacular. El semen del gato macho se introduce en el útero de la gata, donde fecundará los óvulos de ésta.
El proceso de apareamiento de los gatos puede durar unos minutos o bien varias horas. A veces, un gato macho puede montar a una gata sin eyacular, lo cual es muy frustrante para la gata. Si esto ocurre, es probable que la gata se aleje del gato macho y no quiera volver a acercarse a él.
El apareamiento entre gatos es un proceso en el que los gatos se acercan y se juntan para copular. El macho se sube encima de la hembra y se agarra de ella con sus garras para mantenerse en su lugar. La hembra, por su parte, suele estar de acuerdo con el macho y se deja llevar por él. El acto sexual dura unos pocos minutos y, una vez que ha terminado, los gatos se separan.
Los gatos no están obligados a copular para que la hembra pueda quedar embarazada. En realidad, el macho tiene que inyectarle el esperma a la hembra para que quede embarazada. Esto se puede hacer de forma natural durante el apareamiento o, en algunos casos, se puede hacer mediante inyección de esperma.
Una vez que la hembra está embarazada, el proceso de gestación dura unos 60-65 días. Al final del embarazo, la hembra tiene unos tres o cuatro cachorros. Los cachorros nacen ciegos y sordos, pero comienzan a abrir los ojos a las dos semanas de edad. A los tres meses de edad, los cachorros ya son capaces de andar y de jugar.
Los cachorros permanecen con su madre hasta los seis meses de edad, momento en el que comienzan a buscar su propio hogar. A partir de entonces, los gatos se aparean cada año. Sin embargo, no todos los gatos llegan a aparearse. Algunos gatos viven solos y no buscan la compañía de otros gatos. Otros gatos, en cambio, pueden estar en pareja o en grupos de tres o más gatos.
Los gatos comienzan a aparearse aproximadamente a los 4 meses de edad. Aunque algunos gatos pueden comenzar a aparearse a los 3 meses de edad. Los gatos machos se aparean con frecuencia, mientras que las hembras solo se aparean unas pocas veces al año. El apareamiento dura de 2 a 5 minutos y es seguido de una etapa de enfriamiento de 10 a 15 minutos.
Después del apareamiento, el gato macho seguirá a la hembra durante unas semanas, asegurándose de que ella no se aparee con otro gato. Si la hembra no está lista para aparearse, el gato macho puede ser agresivo.
Los gatos no gritan por placer. Gritan porque les duele. El macho tiene un pene espinoso que se le clava a la hembra mientras están copulando. Aunque el acto sexual dura solo un par de minutos, a veces puede parecer mucho más largo debido a los gritos y gemidos de dolor que emiten los gatos. Los gritos también sirven para que el macho sepa cuándo debe detenerse. Si la hembra no grita, el macho puede seguir copulando hasta que ella esté lista para parir. Por lo tanto, los gritos de una gata durante el apareamiento no son una señal de placer, sino una señal de dolor.
Aunque los gatos no pueden controlar sus gritos, pueden hacer algo para minimizar el dolor. Algunos machos se rascan la espalda con las uñas para que el espinoso pene se rompa y se caiga. Otras hembras se rascan con las uñas para que el pene se rompa y se caiga. A veces, la hembra también puede morder el pene del macho para liberarse. No es raro que una pareja de gatos apareados pase unos minutos rascándose y mordiéndose el uno al otro después del acto sexual.
Desafortunadamente, no hay mucho que los propietarios de gatos puedan hacer para evitar que sus gatos griten cuando se aparean. Si el gato está en celo, es posible que no pueda evitar que se acerque a otro gato para aparearse. Si el gato no está en celo, puede mantenerlo alejado de otros gatos para que no tenga la oportunidad de aparearse. Sin embargo, si el gato está en celo, es posible que no pueda evitar que se acerque a otro gato para aparearse.
Una gata puede quedar embarazada desde la primera vez que es montada por un gato macho. Aunque, en la mayoría de los casos, se requieren de varias montas para que ocurra el embarazo. Esto se debe a que el gato macho necesita aprender a montar correctamente a la gata. Algunos gatos machos también necesitan un poco de estimulación para que produzcan el semen necesario para fertilizar al óvulo de la gata.
Por lo general, se recomienda que una gata sea montada por un gato macho al menos unas cinco veces antes de que se realice una prueba de embarazo. Sin embargo, si la gata no está ovulando, es posible que se requieran más montas para que ocurra el embarazo. En algunos casos, puede ser necesario que la gata sea montada unas 10 veces antes de que se pueda confirmar el embarazo.